Dado los tiempos que corren, las organizaciones deben ser cada vez más capaces de cambiar rápida y fácilmente, de ser flexibles y de implementar y mantener el cambio organizacional.
Claro que decidir qué cambiar es una cosa y hacer los cambios es otra.
Implementar una buena gestión del cambio requiere una buena planificación, pero también, pasos bien orquestados para llevarla a cabo.
En principio, podemos usar SAPHIR (zafiro en inglés), un set de mejores prácticas que consta de una serie de etapas para llevar a cabo una gestión de cambios eficiente, y que está definida de la siguiente manera:
Sentar las bases
Aprender lo que necesitamos saber
Planificar el proceso de cambio
Hacer que el cambio funcione
Internalizar el cambio en la organización una vez implementado
Revisar los resultados del cambio
En este artículo veremos la primera de las etapas y continuaremos con el resto en futuros artículos.
1. Sentar las bases
Lo primero que uno debiera hacer es validar la necesidad del cambio, ya que nunca es bueno cambiar por cambiar.
Hay que encontrar las razones lógicas y convincentes para el cambio y entender bien cuáles son.
Una vez hecho esto, debemos determinar la urgencia del cambio, y cómo establecemos ese sentido de urgencia en la organización.
Como puede haber más de un cambio necesario, también deberemos priorizar los mismos y ver en qué orden los atacamos.
Ahora debemos preparar una hoja de ruta para que el cambio deseado se transforme en una realidad, siendo ésta, una aproximación a alto nivel del plan exhaustivo futuro.
Una buena hoja de ruta debe incluir la forma de comunicar el por qué del cambio de manera convincente para las personas, en un lenguaje adaptado a los distintos estamentos para que todos los empleados lo entiendan.
Otra cosa que no puede faltar es el sopesar los riesgos, barreras e implicaciones, y poder luego tomar los recaudos necesarios para una implementación exitosa del cambio.
Si el cambio propuesto se alinea con nuestro plan de estrategia organizacional, no tenemos mucho que hacer en este tema, caso contrario, habrá que plantear cómo debiera también modificarse esta estrategia.
Plantear una visión clara y convincente del estado final nos ayudará a venderla internamente y comunicarla, y nos servirá para definir cuáles serán los indicadores a usar para saber si hemos sido exitosos.
Esta visión será importante para pintar una imagen de cómo será el éxito para la organización y para las personas que la componen.
Llegados a este punto, debemos pensar quiénes conformarán el equipo, y quienes serán los veedores de los avances, así como cualquier ayuda externa necesaria.
Por último, tendremos que ser cuidadosos si vamos a incorporar nuevos valores y actitudes, porque tendremos que integrarlos a la cultura existente.
Con todo esto debemos construir un caso de negocio sólido para el cambio, porque es muy probable que debamos presentarlo ante quien lo apruebe y/o financie.
Llegados aquí, ya estaremos en condiciones de pasar al segundo paso, y ver en qué debemos prepararnos, pero esto se los dejo para la próxima…
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