“¿Cuántas veces debe mirar un hombre antes de que pueda ver el cielo?
Sí, y ¿cuántos oídos debe tener un hombre antes de que pueda escuchar a la gente llorar?
Sí, y ¿cuántas muertes se necesitarán hasta que sepa que mucha gente ha muerto?
La respuesta, mi amigo, está soplando en el viento, la respuesta está en el aire.”
Muchos son demasiado jóvenes para haber pasado por la época de las canciones de protesta, pero éstas estrofas son parte de un tema de Bob Dylan llamado Blowing In The Wind acunado en los ‘60, y con muchas versiones posteriores como las de Joan Baez, Steve Wonder, Neil Young, Marlene Dietrich, Cher y Ziggy Marley entre otros.
¿Y a que viene esto?
Bien, mirando las redes, noticieros y leyendo algunas noticias hoy, la letra se me vino a la mente de inmediato.
Estamos viviendo un momento de alienación, y hablo en general, no de un país, ni de una parte del mundo.
El pensar solo en si mismo, el ignorar las necesidades del otro, el no pensar en el futuro consumiendo, derrochando y descuidando los recursos hoy, ha pasado a ser una constante.
Y esto, que hacen las sociedades, tiene su parangón en las empresas, donde la búsqueda de la maximización de utilidades ha roto las barreras de la ética e incluso de la decencia.
Puesto en estos términos, pareciera que veo un presente y futuro totalmente negros, pero puedo asegurarles que no es así.
Esto es simplemente una toma de estado, un actualizado resumen que me sirve y creo que les sirve a muchos como yo, que piensan que cambiar el mundo es posible.
Saber que pasa y estar conscientes de ello, nos sirve para tomar acciones, primero desde lo personal, luego desde nuestro grupo íntimo, para llegar en esta expansión a nuestra sociedad y finalmente al mundo.
La suma de pequeñas acciones de todos puede hacer la diferencia.
Dejemos de estar anestesiados respecto a lo que pasa a nuestro alrededor, tengamos vidas más sanas y correctas, tengamos empresas que cuiden a las personas, a los productos y al planeta, tengamos sociedades que no elijan por odio sino por proyectos.
Seamos honestos en nuestra autocrítica y veamos nuestros puntos oscuros para poder trabajar sobre ellos y darles luz.
Nada es imposible, solo requiere esfuerzo y perseverancia…
Pero aún así, si con todo esto, los malos ganan, al menos nos quedará la satisfacción de haber hecho todo lo posible para estar del lado correcto.
¿Comenzamos?
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