Como Consultor, he tenido mi buena dosis de experiencias lidiando con los desafíos de transformar los valores de una empresa en acciones reales.
¿Es fácil? No, pero tampoco es imposible.
Quiero compartir algunas reflexiones y consejos desde la experiencia profesional, y espero que les sean útiles.
Concientización y preparación: No es un paseo por el parque
Imaginen esto: nueva misión, visión y valores en la empresa, donde estos últimos son:
"¡Colaboración, integridad, responsabilidad e innovación!"
Suena genial, ¿verdad?
Pero en realidad, en la práctica, esto puede ser como tratar de domar a un león con las manos desnudas, porque, a una nueva misión o visión, es decir, un nuevo rumbo, es más fácil adaptarse, que a una nueva serie de valores, que hoy no son moneda corriente en la organización.
De hecho, los valores, de ser reales y no algo bonito para mostrar. son el elemento aglutinador de nuestra gente y cambiarlos mueve muchas cosas.
Por eso, antes de lanzar estos nuevos valores al ruedo, asegúrense de que su gente esté emocional y espiritualmente preparada, y que estos valores sean realmente nuestra carta de presentación y no solo un slogan.
Las sesiones de formación que vayan más allá de la superficie son clave y nunca subestimen el poder de la conexión personal con estos valores.
Dimensiones ocultas: Donde los problemas se hacen mayúsculos
Por mucho que planifiquemos, siempre hay sorpresas en la travesía del cambio organizacional, ya que. las dimensiones ocultas, esos aspectos no previstos, a menudo aparecen cuando menos lo esperamos.
Para evitarlo, la única manera es anticiparse a las sorpresas.
Realicen análisis de impacto emocional y cultural, viendo qué resistencias podrían surgir, y cómo pueden facilitar la adaptación de su equipo a estos nuevos valores.
Piensen en esto como prepararse para una batalla, porque a veces, sí, se siente como eso.
Más allá de los carteles: Que no se queden en adornos de pared
Los valores en carteles son lindos, pero si creen que eso va a transformar a sus empleados en campeones de estos nuevos valores, están soñando.
Es como pensar que un cartel motivacional va a convertir a todos en superhéroes de la noche a la mañana.
En este caso, la comunicación visual es importante, pero no suficiente.
La interacción directa es clave y la capacitación ¡por supuesto!
Y no olvidarse de involucrar a su equipo en la creación de estos valores, porque la participación activa siempre marca la diferencia.
Involucramiento activo: No más secretos de pasillo
Aquí va una estadística interesante: el 50% de los empleados se entera de los planes empresariales a través de rumores.
¡Rumores!
Eso no suena como una estrategia de comunicación efectiva, ¿verdad?
¡Hablen directamente con su equipo!
La comunicación directa es una joya rara en estos días, así que involucren a su gente en la reflexión sobre los valores y los objetivos y no dejen que las noticias cruciales se filtren por los pasillos.
Autenticidad en la adopción de valores: No a la imitación, sí a lo genuino
Imponer valores desde afuera es como tratar de enseñarle a un gato a nadar. No va a funcionar, y todos van a salir mojados y descontentos.
Fomenten un compromiso genuino.
Los valores deben ser asumidos porque su gente quiere contribuir, no porque se les ordene.
La clave es la capacitación continua y el reconocimiento, así que, refuércenlo. Y, por favor, eviten el camino de la imposición.
Transformación, no solo información: No confundan las cosas
Una advertencia importante: confundir información con transformación es un error costoso.
No se dejen llevar por la idea de que distribuir información hará que todos cambien mágicamente, en principio porque eso es broadcasting, ni siquiera es comunicación.
La información, con su respectivo feedback, debe ir de la mano con procesos de transformación.
Aquí, crear un contexto humano compartido es clave, y el motor es la inversión en la creación de una cultura que respalde los valores.
Y cuidado, esto no es una carrera de 100 metros, es una maratón.
En resumen: No subestimen el poder de la transformación
Transformar valores en acción no es tarea fácil, pero tampoco es imposible.
Requiere preparación, anticipación y, sobre todo, autenticidad.
No confíen en los atajos, y recuerden, la transformación real va más allá de los carteles y las palabras, son hechos y ejemplos.
¡Buena suerte en esta emocionante tarea de cambio organizacional!
Preguntas
¿Te parece importante que el equipo esté emocional y espiritualmente preparado antes de lanzar nuevos valores en la empresa?
¿Crees que sesiones de formación más profundas son clave al introducir nuevos valores en una organización?
¿Consideras que hay que hacer mucho más que publicar los valores en carteles para transformar a los empleados en defensores de esos valores?
¿Opinas que es crucial hablar directamente con el equipo y evitar que las noticias cruciales se filtren por los pasillos durante un proceso de cambio organizacional?
¿Crees que imponer valores desde afuera sin fomentar un compromiso genuino es una mala estrategia en la transformación organizacional?
Si una o más respuestas fueron negativas, queremos tratar de cambiar tu opinión, y si fueron positivas, ayudarte a generar el cambio necesario.
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