Preguntas como ésta usualmente las usamos para inspirarnos y reunir el coraje para tomar riesgos, perseguir la alegría y entrar en territorio inexplorado, pero, casi siempre, las consideraciones económicas o financieras a menudo nos guían a tomar decisiones más prácticas e ir a lo seguro.
Ahora, ¿si pudiéramos realmente no depender de los ingresos?
Reinventarse es parte de esas cosas que uno debiera pensar, y se está convirtiendo en una opción bastante común, en gran parte motivada por la inestabilidad económica y las crisis.
Muchos de los empleados que conozco, están estresados esquivando todo el tiempo el hacha de despido y obligados a disminuir sus gastos, razón por la cual están reevaluando sus posibilidades.
Si bien muchos buscan externamente su próximo puesto, pensar en el siguiente paso es más un trabajo interno que requiere mucha autoexploración, búsqueda de lo que nos mueve el alma, evaluación de riesgos y una gran dosis de pragmatismo.
Por ejemplo, el sueño de la infancia de huir para unirse al circo o registrarse en la Legión Extranjera, probablemente no sean realistas cuando hay consideraciones familiares, pero podría ser más probable pensar en crear su propio negocio o transformar su hobby en una profesión rentable.
La reinvención puede comenzar con un interés incumplido, la aparición de una oportunidad no convencional, una nueva estrategia de vida, o algo que surja de la orientación que pueden darnos terceros.
Lo cierto es que todos tenemos talentos naturales, y aunque avanzar en una nueva dirección puede no ser fácil, usar nuestra intuición puede ser la base que nos ayude a investigar y explorar esas pasiones y nuevas opciones que nos muestran nuestros talentos.
Como cualquier otro cambio importante, la reinvención requiere la debida diligencia para ayudar a equilibrar el deseo con la necesidad y moderar el entusiasmo con la expectativa.
Quizás nuestro nuevo camino nos lleve a estar muy satisfechos con lo que hacemos, pero con una disminución sustancial en el salario, y, si bien no es la situación financiera más ideal, si el balance entre la vida personal y la cobertura de gastos es lo suficientemente buena, podremos separar nuestra identidad de su compensación y no usar esta última como medida de autoestima.
¿Es arriesgado? ¡Por supuesto!
¿Tenemos asegurado el éxito? ¡Claro que no!
¿Vale la pena hacer el esfuerzo?
“Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida.”
Confucio dixit...
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