Hoy les traigo un tema que vengo pensando hace tiempo y, aunque suena serio, vamos a ponerle un toque divertido: la agilidad en las organizaciones.
Sí, esa palabrita que suena a ejercicio de yoga para empresas (algo que se ha puesto de moda últimamente), pero en realidad es una filosofía que busca cambiar cómo trabajamos, y que, para que funcione, tenemos que entender los miedos y esperanzas de las personas involucradas.
Miedos en la agilidad
La transición hacia una organización ágil puede despertar más miedos que ver el nivel de batería de tu celular en 1% cuando estás esperando una llamada importante.
Por lo tanto, y para no estar desprevenidos (conocer bien el problema es el 50% de la solución), aquí van algunos de los más comunes.
1. Miedo al cambio
Los cambios usualmente dan más miedo que ir al dentista, por eso, la mayoría de las personas prefieren la estabilidad y la rutina.
La agilidad, con su enfoque en la adaptabilidad y la respuesta rápida a los cambios, puede parecer una amenaza para esa estabilidad.
Imagínate que has trabajado durante años con un conjunto específico de procesos y rutinas. De repente, te dicen que debes adaptarte a una nueva forma de trabajar que es más rápida, pero también más incierta.
Este tipo de cambio puede generar ansiedad y resistencia y es como si te pidieran bailar salsa cuando apenas te las estás arreglando con el vals en los casamientos.
2. Miedo a la pérdida de control
La agilidad promueve la autonomía de los equipos, lo que significa que las decisiones se toman de manera descentralizada.
Para algunos líderes, esto puede parecer una pérdida de control.
Están acostumbrados a tener la última palabra y la idea de delegar esa autoridad puede ser tan aterradora, como prestarle el coche a tu sobrino de 10 años.
3. Miedo a la falta de claridad
La agilidad se basa en la adaptabilidad y, a veces, en la ambigüedad.
Los empleados pueden temer no tener una dirección clara o no saber cuáles son sus responsabilidades específicas en un entorno ágil.
Este miedo a lo desconocido puede llevar a la parálisis y la inacción. Es como tratar de armar un mueble, de esos que te vienen desarmados en caja, pero sin el manual.
Esperanzas en la agilidad
Pero no todo es miedo en la agilidad.También hay un montón de esperanzas y oportunidades que la agilidad trae consigo.
1. Esperanza de mayor autonomía
Para muchos, la agilidad representa la oportunidad de tener más control sobre su trabajo.
La posibilidad de tomar decisiones y ver directamente el impacto de sus acciones puede ser extremadamente motivador.
Figurativamente, es como ser el chef de tu propia cocina y no solo el que corta las cebollas.
2. Esperanza de un mejor equilibrio entre trabajo y vida
La agilidad promueve un enfoque en resultados en lugar de horas trabajadas.
Esto puede permitir a los empleados gestionar mejor su tiempo y encontrar un equilibrio más saludable entre su vida profesional y personal.
La flexibilidad en la metodología ágil puede ser un gran alivio para aquellos que buscan conciliar sus responsabilidades laborales y personales.
3. Esperanza de aprendizaje y crecimiento
El enfoque en la mejora continua y la adaptación constante significa que siempre hay oportunidades para aprender nuevas habilidades y asumir nuevos desafíos.
Para aquellos que valoran el desarrollo profesional, la agilidad puede ser un camino hacia un crecimiento constante, como tener acceso libre a un universo de conocimiento y desarrollo personal.
Cómo abordar los miedos y fomentar las esperanzas en la agilidad
Para que la transición a la agilidad sea exitosa, es fundamental abordar estos miedos y fomentar las esperanzas.
Aquí van algunas estrategias que pueden ayudar:
1. Comunicación clara y transparente
La comunicación es clave.
Es importante explicar por qué se está haciendo la transición a la agilidad y cómo beneficiará tanto a la organización como a los empleados.
Mantener a todos informados y abordar sus preocupaciones de manera abierta puede reducir el miedo y aumentar la confianza.
Piensa en esto como el GPS en un viaje: sin él, podrías terminar en cualquier lugar menos en tu destino.
2. Formación y apoyo para la agilidad
Proporcionar formación adecuada y apoyo continuo es esencial.
Los empleados necesitan las herramientas y los conocimientos necesarios para adaptarse a la nueva forma de trabajar.
El coaching y la mentoría pueden ser particularmente útiles para ayudar a los equipos a navegar la transición.
Para los fanáticos de La Guerra de las Galaxias, es como tener al maestro Yoda guiándote en tu entrenamiento Jedi, para los otros… ¿hay otros? 😊.
3. Fomentar una cultura de confianza
La confianza es la base de cualquier organización ágil.
Los líderes deben demostrar confianza en sus equipos y fomentar un entorno donde los errores se vean como oportunidades de aprendizaje en lugar de fracasos.
Crear una cultura de seguridad psicológica puede ayudar a los empleados a sentirse más cómodos con la incertidumbre y la adaptabilidad.
Para comparar, es como para el trapecio del circo tener la red de seguridad.
La perspectiva filosófica
Como dijo un sabio una vez: "La vida es como una bicicleta, para mantener el equilibrio debes seguir adelante".
No se trata solo de cambiar procesos o adoptar nuevas herramientas, sino de cambiar nuestra actitud y enfoque hacia el trabajo y la vida.
Se trata de asumir la responsabilidad de adaptarnos y responder de manera adecuada a los desafíos que enfrentamos.
Conclusión
La agilidad ofrece un camino prometedor para las organizaciones que buscan ser más flexibles y resilientes en un mundo en constante cambio.
Sin embargo, el éxito de esta transformación depende en gran medida de las personas que la llevan a cabo.
Al abordar sus miedos y fomentar sus esperanzas, podemos crear un entorno donde la agilidad no solo sea una metodología, sino una forma de vida.
Al final del día, la agilidad es tanto un viaje personal como organizacional que requiere coraje, confianza y un compromiso con el aprendizaje y el crecimiento continuo.
Al abrazar estos principios, no solo transformaremos nuestras organizaciones, sino también la manera en que vivimos y trabajamos.
En este viaje hacia la agilidad, recordemos siempre que, como seres humanos, tenemos la capacidad de adaptarnos, aprender y crecer, y es en esa capacidad donde reside nuestra verdadera fuerza.
Como dijo ese sabio, la vida es como una bicicleta: para mantener el equilibrio, hay que seguir pedaleando, y esta es la esencia de la agilidad y la clave para un futuro exitoso.
Preguntas de autoevaluación para empresas
¿La comunicación interna de la empresa es clara y transparente?
¿La empresa proporciona formación y apoyo continuo a sus empleados?
¿La empresa fomenta una cultura de confianza y seguridad psicológica?
¿La empresa promueve la autonomía de los equipos para tomar decisiones?
¿La empresa valora el equilibrio entre la vida laboral y personal de sus empleados?
Autoevaluación para personas
¿Te sientes cómodo con la idea de adaptarte a nuevos procesos y metodologías?
¿Confías en tus compañeros de trabajo y en la dirección de tu empresa?
¿Estás dispuesto a asumir responsabilidades adicionales en un entorno ágil?
¿Te sientes apoyado por tu empresa en términos de formación y desarrollo profesional?
¿Consideras importante el equilibrio entre tu vida laboral y personal?
Estas preguntas ayudan tanto a empresas como a individuos a evaluar su preparación y disposición para adoptar la agilidad en sus entornos.
La clave es la honestidad en las respuestas para identificar áreas de mejora y oportunidades de desarrollo.
En ambos casos, si hay una o más respuestas negativas, hay trabajo a realizar y somos tus mejores aliados para hacerlo
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