Busca la palabra "administrar" en un diccionario y encontrarás apenas una pista de lo que significa esto en las organizaciones.
Hacer frente, arreglárselas, lidiar... no, definitivamente no es eso.
Estar a cargo, supervisar, está más cerca, organizar a las personas para lograr un objetivo deseado… ahora estamos acercándonos, pero lo cierto es que cualquier definición es solo la punta del iceberg de lo que debe ser la gestión.
La gestión implica una amplia gama de habilidades y actividades.
Algunas se aprenden a través de la capacitación, pero muchas se aprenden a través de la experiencia de administrar y de ser administrados por otros.
En los negocios, a menudo parece que nos centramos menos en la buena gestión y más en el trabajo glamoroso y emocionante del liderazgo, lo cual no es malo, pero sí insuficiente, porque un buen líder, debe ser también un buen gerente.
Los gerentes, gestores o administradores, son responsables de asegurarse que las cosas se hagan correctamente, y, aunque los líderes pueden brindarnos visión, inspiración y desafíos, estas cosas no cuentan para nada sin la implementación eficiente que genera una buena administración.
Para ser grandes gerentes, debemos tener un amplio conjunto de habilidades, desde la planificación y la delegación hasta la comunicación y la motivación.
Debido a que el conjunto de habilidades necesarias es tan amplio, es tentador desarrollar esas con las que ya nos sentimos cómodos, pero, para el éxito a largo plazo, es aconsejable analizar nuestras habilidades en todas las áreas de gestión y luego desafiarnos a nosotros mismos a mejorar.
Un modelo de gestión eficaz
Hay ocho áreas de habilidades esenciales en las que los gerentes debemos concentrar nuestros esfuerzos:
Comprender la dinámica del equipo y fomentar las buenas relaciones
Seleccionar y desarrollar a las personas adecuadas
Delegar con eficacia
Motivar a la gente
Manejar la disciplina y lidiar con los conflictos
Comunicar eficientemente
Planificar, tomar decisiones y resolver problemas
Evitar errores de gestión comunes
Exploremos cada una de estas con más detalle:
Comprender la dinámica del equipo y fomentar las buenas relaciones
Una buena gestión significa comprender cómo operan los equipos y estos suelen seguir un cierto patrón de desarrollo que pasa por la formación, la normatividad, la puesta en común y la actuación.
Es importante alentar y apoyar a las personas a través de este proceso, para ayudar a nuestro equipo a ser completamente efectivo lo más rápido posible.
Al formar equipos, los gerentes debemos crear un equilibrio para que haya un conjunto diverso de habilidades, personalidades y perspectivas.
Podemos pensar que es más fácil administrar un grupo de personas con puntos de vista similares, ya que probablemente se llevarán bien, pero los equipos verdaderamente efectivos invitan a muchos puntos de vista y usan sus diferencias para ser creativos e innovadores.
Aquí, nuestra tarea es desarrollar las habilidades necesarias para dirigir esas diferencias en una dirección positiva, y esta es la razón por la que presentar un estatuto de equipo y saber cómo resolver los conflictos, son temas muy útiles para administrar nuestro equipo de manera efectiva.
Seleccionar y desarrollar a las personas adecuadas
Encontrar nuevos miembros adecuados para el equipo y desarrollar las habilidades necesarias para el éxito, son también parte importante de la formación del equipo.
Podemos mejorar nuestras habilidades de reclutamiento entrenándonos en las preguntas para hacer en las entrevistas, la evaluación de competencias, el uso de pruebas y algunas otras herramientas.
También podemos entrenarnos en los conceptos para una inducción exitosa, la comprensión de las necesidades del desarrollo, la evaluación de las necesidades de capacitación, la tutoría, y el modelo GROW, sobre el que hemos escrito en alguna oportunidad (Ver blog).
Delegar eficazmente
Tener a las personas adecuadas con las habilidades adecuadas no es suficiente para el éxito de un equipo si, como gerentes, no los dejamos actuar y ser eficientes, y la delegación es la clave para esto.
Algunos gerentes, especialmente aquellos que ganaron sus puestos en base a su experiencia técnica, intentan hacer la mayor parte del trabajo ellos mismos y piensan que, como son responsables del trabajo, deberían hacerlo ellos para asegurarse de que se haga correctamente.
Los gerentes efectivos reconocen que, al asignar trabajo a las personas adecuadas (no solo a las que tienen más tiempo disponible) y al delinear claramente las expectativas, los equipos pueden lograr mucho más.
A menudo es difícil confiar en otros para hacer el trabajo, pero, como gerentes, debemos recordar que, cuando los miembros de nuestro equipo tienen las habilidades, la capacitación y la motivación adecuadas, generalmente podemos confiar en ellos para hacer el trabajo correctamente, y hacer que las tengan es nuestra tarea.
Motivar a la gente
Otra habilidad administrativa necesaria es la de motivar a los demás, porque una cosa es motivarse a uno mismo, pero otra muy distinta es motivar a otra persona.
La clave es entender que la motivación es personal y que todos estamos motivados por diferentes cosas y con diferentes niveles, por lo tanto, conocer a los miembros de nuestro equipo a nivel personal, nos permite motivarlos mejor.
Buscar la retroalimentación de manera regular es una estrategia muy poderosa para mantenernos informados sobre lo que está sucediendo con los miembros individuales del equipo, y poder actuar sobre la motivación.
Manejar la disciplina y lidiar con los conflictos
A veces, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, hay problemas con el desempeño individual.
Como gerentes, debemos lidiar con esto con prontitud, ya que, si no aplicamos disciplina, corremos el riesgo de tener impactos negativos en el resto del equipo.
Es muy desmotivador trabajar al lado de alguien que constantemente no cumple con las expectativas, por lo que, si lo toleramos, es probable que el resto del equipo sufra.
El desempeño del equipo también se verá afectado cuando las diferencias entre los miembros individuales del equipo se conviertan en un conflicto absoluto, y es nuestro trabajo, como gerente de ese equipo, facilitar la resolución.
Sin embargo, el conflicto puede ser positivo cuando resalta problemas estructurales subyacentes, por lo que debemos asegurarnos de reconocer el conflicto y abordar sus causas, en lugar de simplemente suprimir sus síntomas o evitarlo.
Comunicar eficientemente
Un elemento común a todas estas habilidades de gestión es la comunicación eficiente, una que los gerentes debemos mejorar continuamente.
Esto es fundamental para cualquier puesto que ocupemos, pero como gerente, es especialmente importante.
Debemos mantener a nuestro equipo al tanto de lo que está sucediendo y mantenerlos informados tanto como sea posible.
Debemos además desarrollar la capacidad de facilitar de manera efectiva, de modo que podamos guiar a nuestro equipo hacia una mejor comprensión y actuar como moderador cuando sea necesario.
Planificar, resolver problemas y tomar decisiones
Muchos gerentes nos sentimos muy cómodos con la planificación, la resolución de problemas y la toma de decisiones, dado que a menudo somos especialistas calificados que hemos sido promovidos debido a nuestros conocimientos y habilidades analíticas.
Uno de los problemas más importantes que experimentamos con esto es que nos enfocamos tan intensamente en estas habilidades, que no logramos desarrollar esas otras habilidades blandas necesarias con las personas y la gestión de equipos, por lo que deberíamos tratar de ampliar nuestra visión y trabajar sobre lo que no manejamos tan bien.
Evitar errores gerenciales comunes
La buena comunicación nos ayuda a desarrollar habilidades de facilitación y también a evitar algunos de los problemas más comunes para los gerentes.
Algunos de estos errores comunes son pensar que podemos confiar y usar únicamente en nuestras habilidades técnicas, buscar culpables en lugar de soluciones, pedirle a nuestro jefe que resuelva nuestros problemas con el equipo, poner a nuestro jefe en la incómoda posición de tener que defendernos y no mantenerlo informado.
Puntos clave
Todos necesitamos desarrollar y mejorar nuestras habilidades gerenciales de manera continua a medida que se desarrolla nuestra carrera y a medida que nos enfrentamos a nuevos desafíos gerenciales.
Ya sea que administremos un departamento o un equipo de proyecto, es importante saber cómo hacer bien el trabajo.
Cuando se nos pide que logremos algo con la ayuda de otros, es complejo, y pasamos gran parte de nuestro tiempo administrando las relaciones en lugar de hacer el trabajo real, por lo tanto, debemos desarrollar no solo nuestras habilidades técnicas, sino también las de gestión.
Delegar, motivar, comunicar y comprender la dinámica del equipo son algunas de las habilidades clave necesarias, y con ellas, junto con la paciencia y un fuerte sentido del equilibrio, podemos convertirnos en un gerente muy eficaz, que es la base necesaria para ser un buen líder.
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