Puede parecer una quimera, pero siguiendo unos pocos pasos, podemos comenzar el viaje hacia una vida más tranquila llevando un diario de estrés.
Muchos de nosotros experimentamos estrés de alguna forma todos los días, ya sea causado por el tráfico en las horas pico, clientes difíciles, una gran carga de trabajo o noticias desagradables, pero nos acostumbramos a ello.
El problema es que, si el estrés no se controla, puede afectar nuestra productividad, nuestro humor y, peor aún, nuestra salud.
Aquí es donde puede resultar útil llevar un diario de estrés, registrando momentos de ansiedad lo que nos permite identificar las causas del estrés en nuestra vida, ya que, a menudo, estas tensiones entran y salen de nuestras mentes, sin recibir la atención y el cuidado que merecen.
Un diario de estrés también puede darnos una idea de cómo reaccionamos al mismo y ayudarnos a identificar los niveles de presión en los que trabajamos mejor, porque, después de todo, un poco de presión puede ser también algo bueno.
¿Qué es un diario de estrés?
La idea detrás de esto es que registremos regularmente información sobre el estrés que estamos experimentando, para poder analizarlo y luego manejarlo.
Este proceso nos ayuda a comprender:
Las causas del estrés con más detalle
Los niveles de presión a los que operamos con mayor eficacia
Cómo mejorar la forma en que manejamos el estrés
Lo ideal es realizar anotaciones en nuestro diario a lo largo del día (por ejemplo, cada hora), o después de cualquier incidente estresante, registrando la siguiente información:
La fecha y la hora
El evento estresante más reciente que experimentamos
Nuestro nivel de felicidad, utilizando una evaluación subjetiva en una escala de 0 (lo más infeliz) a 10 (lo más feliz)
El estado de ánimo en el que nos encontramos
Nuestro nivel de eficacia trabajando en ese momento (una evaluación subjetiva, en una escala de 0 a 10 donde cero indicaría una completa ineficacia, mientras que un 10 mostraría la mayor eficacia que hayamos logrado)
La causa fundamental del estrés (seamos lo más honestos y objetivos posible).
También es posible que deseemos registrar:
Los síntomas (por ejemplo, malestar estomacal, tensión, ira, dolor de cabeza, aumento del pulso, palmas sudorosas, etc.).
Qué tan bien manejamos el evento: ¿nuestra reacción ayudó a resolver el problema o empeoró las cosas?
Analizando el diario
Una vez que hayamos llevado nuestro diario de estrés durante varios días, podemos analizarlo y tomar medidas:
Primero, observemos las diferentes tensiones que experimentamos durante el tiempo que llevamos registro, resaltando las tensiones más frecuentes y las más desagradables
Observemos nuestras evaluaciones de las causas subyacentes y la valoración de qué tan bien manejamos los eventos estresantes
Si se destacan problemas que deben solucionarse, enumerémoslos
A continuación, revisemos las situaciones que nos causan estrés y enumeremos las formas en que podemos mejorar estas situaciones
Finalmente, observemos cómo nos sentimos cuando estuvimos bajo presión y exploremos cómo afectó nuestra felicidad y efectividad (seguramente hubo un nivel medio de presión en el que estábamos más felices y nos desempeñábamos mejor)
Con este análisis, deberíamos comprender mejor cuáles son las fuentes de estrés en nuestra vida, y deberíamos poder identificar los niveles de presión en los que nos sentimos mejor.
También sabremos qué tipo de situaciones nos causan más estrés, y entonces podemos comenzar a prepararnos y manejarlas mejor.
Nota:
Es probable que obtengamos el mayor beneficio del diario de estrés en las primeras semanas de uso, tomando luego otros enfoques más útiles.
Sin embargo, si nuestro estilo de vida cambia y comenzamos a sufrir estrés nuevamente, puede valer la pena usar el enfoque del diario una vez más y descubrir que las tensiones que enfrentamos han cambiado.
Próximos pasos
El siguiente paso es controlar el estrés.
Comencemos por detectar a las personas y eventos que nos causan más estrés.
Si una persona, o un grupo de personas, nos está causando estrés, deberíamos idear formas de tratar con esas personas, que eliminen el factor estresante
Si el estrés proviene de la desorganización o de luchar con la administración del tiempo, deberíamos entrenarnos en gerenciamiento del trabajo y manejo del tiempo.
Podría ser que problemas estructurales por una mala definición de nuestro puesto sean la causa, por lo que deberíamos trabajar sobre esta definición y proponer las mejoras.
Si es el agotamiento lo que contribuye al estrés que estamos experimentando, quizás debamos trabajar sobre la carga de tareas y la delegación de aquellas que pueda hacer alguien más.
Por supuesto, algunas tensiones serán inevitables, especialmente si tenemos un trabajo con mucha responsabilidad, por lo que sería bueno entrenarnos en reestructuración cognitiva (la veremos en un futuro artículo) para ayudarnos a reducir el estrés cambiando nuestra forma de pensar sobre las cosas.
Conclusión
Como vimos, si bien no es fácil, hay formas de tener una mejor vida laboral trabajando sobre nuestro estrés, pero requiere dedicación, honestidad para el análisis y una cuota de paciencia, porque, en estas cuestiones, nada se arregla de un día para el otro.
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