En el mundo empresarial, cada acción que tomamos tiene un impacto, a veces mayor del que imaginamos, esperamos, o queremos.
Imagina esta situación: acabas de enviar un correo electrónico bastante duro sobre la política de despidos de la empresa y el rol de tu jefe, pensando que iba dirigido a un colega de otro departamento.
Pero, ¡sorpresa!, te das cuenta de que lo mandaste directamente a tu jefe.
¿Qué hacer en ese momento?
Seguro te has planteado algunas ideas disparatadas para remediarlo, ¡pero claro, asesinar a tu jefe no es una opción! (risas).
En momentos así, es crucial reflexionar sobre la persona que deseamos ser en el entorno laboral.
Todos tenemos esos momentos de desconcierto, y te confieso que he tenido varios.
El tema es que, uno puede llevar años intentando controlar sus emociones y mejorar su autocontrol, pero aún el más preparado cae en estos momentos que pueden ser cruciales en la vida laboral de las personas.
Enfrentarse a una situación como esta, nos lleva a comprometernos aún más con nuestras metas y a no reaccionar con cinismo o críticas ante los desafíos, sino a adoptar una visión más positiva, en parte por miedo a las represalias y en parte por amor a nosotros mismos.
En este caso, ese ejemplo del correo electrónico es un golpe que nos puede hacer ver la discrepancia entre nuestro ideal y la realidad, y ser el punto de inflexión para nuestra transformación.
Estas discrepancias también suelen ser catalizadores del cambio en el mundo empresarial y en la cultura organizacional.
Durante nuestro crecimiento como líderes, a veces nos encontramos con descubrimientos que nos conmueven y nos mueven a la acción y, este tipo de cosas, pueden ser de las más movilizantes.
Algunos prefieren ignorarlos o negar la posibilidad de cambio, mientras que otros deciden enfrentarlos y trabajar en mejorar la cultura de la organización, a partir de concientizar sobre estos momentos y socializar las soluciones con el resto del personal.
La pregunta es: ¿cómo podemos provocar esos cambios de manera consciente en el entorno laboral?
Aquí van algunos tips:
Autoconocimiento
Reflexiona y haz reflexionar sobre los valores, fortalezas y áreas de mejora.
Conocerse a sí mismo ayudará a tomar decisiones más alineadas con los objetivos y valores de la organización.
Aceptación de la realidad
Acepta y haz aceptar que las discrepancias entre los ideales y la realidad son oportunidades de crecimiento.
Que no se ignoren ni se nieguen, sino que se enfrenten y se aprenda de ellas.
Visión positiva
Adopta y haz adoptar una actitud positiva frente a los desafíos.
En lugar de criticar o ser cínico, busquen soluciones y oportunidades de mejora.
Compromiso con el cambio
Una vez identificadas las áreas de mejora, hay que comprometerse a trabajar en ellas.
Establezcan metas claras y desarrollen un plan de acción para alcanzarlas.
Apertura al aprendizaje
Estén dispuestos a aprender y a recibir retroalimentación.
El crecimiento personal y profesional viene acompañado de la capacidad de aprender de nuestras experiencias y de las de los demás.
Resumen
El camino hacia el cambio en la cultura empresarial comienza con la reflexión, el compromiso y la acción de la alta dirección, pero sigue inmediatamente con el resto de las personas que componen la organización.
¿Estás listo para dar el primer paso?
Preguntas
¿La empresa fomenta la reflexión sobre los valores, fortalezas y áreas de mejora en su cultura organizacional?
¿Existe una cultura de aceptación de las discrepancias entre los ideales y la realidad como oportunidades de crecimiento dentro de la empresa?
¿La empresa promueve una actitud positiva frente a los desafíos laborales en lugar de permitir críticas o cinismo?
¿La empresa se compromete a trabajar en las áreas de mejora identificadas y establece metas claras para alcanzarlas?
¿La empresa está abierta al aprendizaje y a recibir retroalimentación para su mejoramiento organizacional?
Si una o más respuestas fueron negativas, estamos convencidos que hay mucho por mejorar y nosotros podemos ayudar en eso.
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