En este momento me imagino la cara de muchos de ustedes preguntándose ¿Qué tiene que ver el amor con los negocios?, y se me escapa una sonrisa.
¿Por qué estoy hablando del amor en el contexto de los negocios?
Porque el amor es la base de los negocios exitosos, y, ante las nuevas caras incrédulas, y la pregunta incipiente..., la respuesta es no, no me refiero a un apasionado romance de oficina.
En realidad, me refiero al hecho de que amar a los clientes ha sido la clave del éxito en muchos negocios y en particular en el de nuestra empresa.
Hace ya varios años cuando alguien me preguntó el secreto de nuestro éxito y buena imagen en el mercado, sin pensarlo dije "Amamos a nuestros clientes y ellos lo saben".
Debo reconocer que, después de responder, me sentí un poco avergonzado, pensando que la frase no sonaba muy profesional, pero era lo que yo sentía, y sabía que mi equipo compartía ese sentimiento.
Ahora, aclaremos lo que quiero decir con "amor".
Esa pequeña palabra de cuatro letras tiene muchas acepciones, pero la que para mí en lo personal es la más importante y que definimos como uno de los valores en nuestro trabajo en la empresa es, como figura en el diccionario, el sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno.
Esa persona o cosa, es para nosotros cada cliente.
¡Y cómo no desearle todo lo bueno a ellos que son los que nos permiten vivir de nuestro trabajo, que es la otra cosa que amamos!
Por eso, nuestra labor comienza con encontrar, estudiar, y valorar las cosas buenas de nuestros clientes, para reforzarlas, y corregir los errores que puedan tener, no haciendo pesar éstos más que lo bueno y admirable.
Nuestro amor por los clientes incluye el respeto por su cultura y forma de hacer las cosas, su historia, y por, sobre todo, la valoración de su gente, con la cual casi siempre generamos una relación muy cercana a la amistad.
Esto está en relación directa con nuestra idea matriz, reflejada en nuestro lema “Recreamos empresas a partir de sus propias fortalezas”, siendo ésta, la síntesis de nuestro trabajo.
Y, como comentaba unas líneas más arriba, amar nuestro trabajo es la segunda parte de la ecuación que hace que amor y negocios siempre nos suenen como la pareja ideal.
Esta manera de ver las cosas realmente nos facilita mucho la labor, porque nos sirve de norte o guía para definir muchas cosas como:
No habrá una venta sin una ventaja real para el cliente
Nuestro objetivo solo está cumplido si se cumple el del cliente
No hacemos negocio con algo que el cliente puede resolver por si mismo sin costo, salvo que, después de aconsejarlo, igual prefiera que nosotros lo hagamos
No nos interesan contratos firmados que obliguen a nuestros clientes a seguir con nosotros, sino que preferimos la continua elección libre de continuidad como resultante de nuestro trabajo
A esta altura, muchos se estarán preguntando si ésta no es una manera pobre de obtener ganancias y tener éxito, y la respuesta es clara y sencilla…
Para nosotros esto es tener éxito…
¿Y para ti y tu empresa?
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