El armado de equipos es un diferencial importante en las organizaciones.
Si están mal armados, son frustrantes, ineficientes y nada divertidos.
Si están bien construidos, son productivos, gratificantes y agradables para trabajar.
Un mejor trabajo en equipo ayuda siempre a las organizaciones a desempeñarse de manera más efectiva, al mismo tiempo que impulsa al equipo a cumplir mejor sus propios objetivos y ambiciones.
No es raro entonces ver por qué los gerentes y líderes necesitan aprender cómo desarrollar sus equipos y obtener lo mejor de las personas que trabajan con ellos.
Sin embargo, una y otra vez, encontramos equipos que se enfrentan a dificultades, y personas encargadas de liderar a esos equipos que fallan en conseguir resultados por no estar completamente preparados para el desafío.
A lo largo de los años trabajando en empresas, hemos ayudado a muchas personas a resolver problemas de equipo y convertirse en líderes excepcionales de los mismos, dando coaching y desarrollando programas de capacitación.
Desde nuestra experiencia, un buen líder para un equipo de excelencia tiene que tener, entre otras, las siguientes características o habilidades:
Ser capaz de identificar a las mejores personas para su equipo
Evaluar las necesidades de desarrollo de cada uno
Tener la capacidad de motivar e inspirar individualmente y al equipo
Felicitar públicamente a su gente, pero llamarles la atención en privado
Ser creativo y tener la mente abierta para aceptar nuevas ideas
Ser proactivo
Tener la habilidad de generar compromiso
Lidiar positiva y exitosamente con problemas en el camino
Aceptar el cambio como parte permanente del juego
Tener tolerancia a la frustración
Ser resiliente
Ser empático
Comunicar efectivamente
Ser hábil en la toma de decisiones
Saber poner foco sin perder la mirada global
Parecen muchas, y en realidad lo son, pero no son imposibles de conseguir.
Solo hay que tener la paciencia para entrenarse, un entorno empresarial que lo permita y lo promueva, y una cuota de dones naturales que tienen los buenos líderes, que, por supuesto, no es algo menor.
Si bien esto es conocido y parece una verdad de Perogrullo, las mayores fallas que vemos en la selección de líderes es la de cubrir posiciones o por tiempo de antigüedad en la organización, o por tener mayores conocimientos técnicos en el área.
Ninguna de las dos asegura el éxito sino todo lo contrario.
El haber permanecido en la organización no hace que la persona tenga los conocimientos necesarios para liderar y quizás si muchas mañas y el manejo de las redes informales, y querer imponer esto solo hará que su equipo funcione por miedo y a media máquina, o pierda algunos de sus elementos por cansancio y frustración.
El mejor técnico se encontrará seguramente con una serie de cosas que no maneja (habilidades blandas) y se verá imposibilitado de hacer lo que sí sabe hacer por esa carga de trabajo, desmotivándose y desmotivando a otros.
Por eso, es indispensable que las áreas de recursos humanos tengan esto en mente y aporten su conocimiento y consejo a los tomadores de decisiones, dejando en claro cuáles son las habilidades que necesita un líder para lograr un verdadero éxito y un equipo excelente.
El futuro de las organizaciones depende de ello, y si está pensando en el futuro de la suya, sabemos como ayudarlo. ¿Hablamos?
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