Verano, arena, playa, ríos, montañas, nuevas ciudades, campo... un sinfín de lugares para pensar qué hacer el resto del año....
¿Momento ideal para capacitar en la organización?
Existe la creencia popular y es práctica común, que el verano es una etapa casi muerta en el tema de capacitación en las empresas.
Empleados más distendidos, gente que desaparece por un par de semanas de sus puestos, anécdotas de los que vuelven y preparativos de los que se van, hacen de éste un periodo laxo, que pareciera poco propicio para agregar nuevos conocimientos.
Sin embargo, esta época más calma, que en nuestras latitudes debajo del Ecuador, coinciden con el principio del año, es mucho más ventajosa para estos menesteres.
La menor presión de la tarea diaria, el cambio de año que impulsa cambios en las personas a partir del balance personal efectuado por casi todos nosotros en esta época, más el hecho real que el verdadero “año laboral” comienza en marzo, hacen de esta época un momento ideal para adquirir conocimientos, afianzar los que se tienen, tomar nuevas actitudes a partir de lo aprendido y estar dispuestos a modificar nuestro “modus operandi” habitual.
En estas fechas, estamos más reflexivos, más abiertos, menos alienados por la operación y con una disposición natural a emprender nuevas cosas.
Por supuesto que esto no cambia el hecho de tener algunas dificultades con la coordinación para las actividades de capacitación, ya que parte del personal no está y la otra parte puede estar cubriendo las tareas en reemplazo de los ausentes, pero esto no debe ser motivo para no tener en cuenta esta oportunidad, que ciertamente, no se repite en el resto del año.
Las actividades de capacitación más recomendables para estos tiempos son aquellas que deben calar profundamente en las personas, y que no son solo un conocimiento técnico.
Aquellas que rompen paradigmas y que requieren reflexión y mudanza interna, serán entonces las de mayor resultado real en su aplicación por el personal entrenado.
Las nuevas metodologías de trabajo, los ordenamientos de la actividad diaria, el pensamiento estratégico, la innovación y el uso de la inteligencia emocional, son algunas de las que causan mayor impacto real en las organizaciones y que son competencias propicias para ser adquiridas en esta etapa del año.
Por lo tanto, hay que ponerse en movimiento y aprovechar esta ventana de tiempo para el crecimiento profesional de nuestra gente.
Dos meses, un 17% del año, una oportunidad... No la desperdiciemos...