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Foto del escritorDaniel Sachi

El discreto encanto de desaprender

Actualizado: 3 may


Cerebro, cabeza, lápiz, limpieza, desaprender

El otro día, intentaba hacer una copia de resguardo (backup) de mi notebook, en un disco externo, y el programa que lo hacía me avisó que no tenía más espacio en donde debía hacer la copia.


Si bien tengo un par de medios en la nube donde hago copias, lo cierto es que, por un lado, 300Gb es algo que muchas plataformas gratuitas o de bajo costo no aceptan, y por el otro, y por el otro, al ser de la vieja escuela, me gusta tener el backup físico en mis manos.


Esto me llevó a ver qué podía eliminar y encontré de todo, por suerte para mí, ya que había cómo hacer espacio.

Como una práctica extremadamente común de quienes trabajamos en capacitación y damos conferencias, entre viejas presentaciones de única vez, seminarios guardados en varios formatos, viejas películas de apoyo a cursos repetidas en algunas carpeta, entre otras cosas, había mucho espacio a reutilizar.

Por supuesto, todo había sido útil en algún momento, pero ya no tenía sentido guardarlo y realmente me trababa en una tarea tan importante como tener una copia de todo mi trabajo.

Siendo que viajo con mi notebook de un lado a otro, existen muchas posibilidades de tener un accidente y perder años de esfuerzo o actualizaciones importantes.

Mientras borraba cosas se me vino a la mente que, a nosotros, con nuestros conocimientos y experiencia, nos puede estar pasando lo mismo o algo similar.


escaneo cerebral, rutas cerebrales, desaprender

¿Cuánto de lo que sabemos o logramos como experiencia bloquea la adquisición de nuevas cosas?

¿Cuántas de nuestras “rutas cerebrales” (rutas de impulsos que quedan marcadas en el cerebro por actividades repetitivas, automatizando respuestas) nos quitan frescura y creatividad, además de funcionar como guardianes que impiden el ingreso de nuevos conocimientos?

De hecho son muchas y en general es como nuestro cerebro se organiza.


Más de 15 años de visitar periódicamente al neurólogo por mi hija, decenas de mapeos cerebrales explicados, mediciones de ángulos y potencial eléctrico de las señales, y revisión del desarrollo natural y forzado por medicamentos, me han dejado algo de información al respecto.

Lo cierto es que para aprender, en muchos casos hay que desaprender, es decir, romper la ruta creada y crear una nueva, y dado que este es un proceso inconsciente, tiene una dificultad mayor.

En la práctica, muchas de nuestras conclusiones, decisiones e ideas, provienen de circuitos pre-armados de información existente, que ocupan espacio en nuestro cerebro y que funcionan en automático.

No podemos borrar experiencias, recuerdos y conocimientos como yo borré viejos archivos, pero si podemos ejercitar nuestro cerebro para que las rutas no sean tan marcadas y los procesos de respuesta sean un poco menos automáticos.

Una forma de hacerlo, que ciertamente funciona, es obligarnos a des-automatizar nuestro comportamiento.

Podemos comenzar con esas cosas más mecánicas como cepillarnos los dientes, escribir, seguir cualquier actividad rutinaria como autómatas, etc.

Si bien no hay dos formas iguales de desaprender, hay muchas actividades con las que podremos comenzar a tener una mente más abierta a nuevas ideas, más facilidad para cambiar nuestro modus operandi, más creatividad, y más permisos para que nuevos conocimientos tomen posesión del lugar de los viejos.

Veamos algunas de ellas:

  • Usar la mano no habitual para ciertas tareas (involucra una cantidad importante de movimientos automatizados)

  • Cambiar el camino que seguimos todos los días para ir de un lado a otro (Comprende una serie de decisiones rápidas a ser tomadas)

  • Mover el orden en el que hacemos las tareas de todos los días o cambiar detalles de las mismas (rompe esquemas de repetición)

  • Modificar nuestra forma de responder saludos o relacionarnos con otras personas (bloquea la respuesta a automática)

  • Comenzar a ver positivamente el error en tu vida y aprender de ello

  • Reflexionar sobre las cosas siempre que puedas

  • Dar más importancia al proceso (lo que haces y cómo lo haces) que al resultado (lo que vas a conseguir)

  • Más que solo continuar aprendiendo conceptos, dedícate a observar y potenciar tus destrezas y habilidades

  • Cada día al despertar proponte algo diferente de lo habitual, como salir del otro lado de la cama, vestirte antes o después de desayunar (lo contrario de lo que hagas todos los días) y disfruta de la incomodidad

  • Mirar las cosas tomando distancia y desde distintos puntos de vista imaginando cómo lo vería una persona diferente a ti

  • Redefinir conceptos básicos, como el amor, la paz, la felicidad, las relaciones, las emociones, etc.

  • Pensar como usarías en forma diferente las cosas que te rodean

  • Asumir las nuevas tecnologías como un medio, en lugar de un fin y pensar cómo te ayudan y qué te aportan

  • Dejar de escuchar para responder, y escuchar para aprender

Nada de esto es fácil porque nos saca de la zona de confort, pero ciertamente, los beneficios que obtendremos serán, por mucho, increíblemente mayores y comenzaremos a “hacer espacio” para todo lo nuevo que nos trae la vida.


Si sientes que tienes demasiadas rutinas pre-armadas, que respondes siempre de la misma manera, que en tu análisis de algo vas siempre por el camino más fácil y sin plantear alternativas, es muy probable que "tu disco este lleno" y podemos ayudarte a hacer espacio enseñándote a desaprender.

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