¿Por qué la creatividad participativa es un tema que transforma recursos humanos en capital humano? ¿Cuál es la relación entre ellos?
Estas preguntas se repiten muy a menudo en las empresas, y la respuesta es simple: Trabajar la creatividad en todo su sentido dentro de las empresas y en forma participativa en todos los estamentos, es motivante y genera sentido de pertenencia mejorando el valor de esa gente para la empresa.
Muchas organizaciones hoy requieren hacer cambios para ser más productivas.
Para ello, los decisores definen sobre qué se va a trabajar, y quiénes van a hacerlo, y muchas veces, dejan una o ambas tareas a una consultora externa.
Esto en particular no es malo ni bueno, y tampoco antojadizo, ya que seguramente son esos decisores los que pueden tener mayor información sobre los problemas y, por ende, pueden tomar las decisiones con más argumentos.
De la misma manera, seguramente, también la consultora elegida tenga mucha experiencia en temas de este tipo.
¿De acuerdo?
Si,… pero no.
¿Por qué no?
Porque muchas veces, el problema de productividad / competitividad, es una suma de problemas menores que ocurren en distintos lugares de la organización y con distintas personas involucradas, e incluso, devienen como consecuencia de problemas casi invisibles.
En estos casos, los decisores no tienen todo el mapa, o directamente no están en conocimiento de que algo está ocurriendo.
Por ejemplo, estamos perdiendo un cliente con la competencia.
En principio, asumimos que las condiciones comerciales de la competencia son mejores, y generalmente, si aún no está cerrado el trato, ofrecemos descuentos o mejor financiamiento para retenerlo, y a veces, logramos la retención con esto.
Hasta ahí, parece algo habitual.
Pero si obtenemos como respuesta “No es un tema de precios”, allí comienza una caza de brujas, donde todos son sospechosos, desde los comerciales que vendieron hasta los que producen, sospechados de mala calidad.
Cualquiera de estos factores puede ser un desencadenante, pero si indagamos un poco más profundo, podemos encontrar otras cosas relacionadas que pudieron ser disparadores.
Aquí entran temas como: Procesos defectuosos, maquinaria obsoleta, gente poco preparada, normas poco claras, cuestiones actitudinales de la gente en contacto con áreas del cliente, etc.
Y estos análisis no solo debieran hacerse cuando nos dicen que el precio no es el problema.
Particularmente, un mejor precio usualmente consigue una extensión de un contrato, y/o una recompra, que eliminan la necesidad de ir más allá, pero si las causas subyacentes de la insatisfacción del cliente siguen estando, esto dura poco.
Además, no solo ante un problema tan notorio como un cliente perdido debiera actuarse, ya que pueden existir un sinnúmero de problemas menores que afectan a la rentabilidad, sin que haya problemas de calidad o de relacionamiento con el cliente.
Nuevamente... ¿Dónde entra la creatividad participativa en esto?
Bien, supongamos que liberamos la creatividad de las personas en la organización y la canalizamos en algún dispositivo, como podría ser un grupo de mejora continua, o un programa de premios, por ideas de mejoras en la marcha y operación de la empresa.
Aquí estamos transformando a cada empleado en un socio en esto de definir cómo hacer mejor las cosas, en una persona cuyas ideas son escuchadas y tiene un canal donde emitirlas.
Muchas veces, las mejores soluciones salen de aquellos que hacen la tarea todos los días, especialmente, cuando tienen la oportunidad de participar activamente (no solo cumplir órdenes o la tarea esperada), y esto genera un doble beneficio, por un lado, tener puntos de mejora constante, y por el otro lado, gente mucho más comprometida, agregando más valor a la empresa, y más valor a ellos mismos.
¿Y las consultoras quedan afuera?
No necesariamente.
Hay muchas tareas involucradas en cuestiones como estas, y allí es donde conviene recurrir a ellas.
Temas como la gestión del cambio para que esta modalidad entre en funcionamiento, la capacitación en procesos de mejora continua, el formato de sustento interno de estos procesos adaptado a la organización, y la ayuda para la puesta en marcha general, son algunos de las cuestiones que vale la pena encargarle a alguien que tenga esto como su principal giro de negocio.
Como todo capital, el capital humano se genera con inversión, pero quizás nos sorprendamos de lo poco que debemos invertir, por supuesto inteligentemente, para obtener excelentes rendimientos.
También vamos a sorprendernos de lo bien que se siente trabajar en la diferencia entre capital humano y recursos humanos, valorizando a las personas de nuestra organización, y esto último es algo que, definitivamente, no se ve explícitamente demarcado en la última línea del balance, pero se siente en el alma…
De estar interesados en un diagnóstico rápido para detectar puntos de mejora, hay herramientas muy buenas, online, en www.qualidrops.com, y, si la idea es avanzar en poner en marcha la creatividad participativa, estamos para ayudarlos, por lo que esperamos su contacto.